Mis papás
estuvieron de visita en Santiago y quisimos hacer algo folclórico, así que
fuimos de visita al Mercado Central. Para mí esto se ha convertido en un MUST
si es que visitas Santiago e idealmente ir en el metro. De esta manera empezó nuestro
recorrido, tomamos el metro en la estación Los Dominicos y nos bajamos en la
estación Plaza de Armas. Para los extranjeros que están leyendo, el metro de
Santiago es uno de los mejores metros que existe es muy limpio, organizado y
seguro, no duden de usar este transporte para conocer esta linda ciudad.
Al bajarnos en
la estación Plaza de Armas tuvimos que caminar unas 4
cuadras hasta llegar al mercado central. Mientras caminábamos por alado del
mercado, se nos acerca alguien, me mira y me dice: “Donde Augusto?” y yo le
contesté: Sí!!!
Mientras
caminábamos por medio del mercado de pescados, dirigiéndonos al patio de
comida, mi papá y Jorge (el mesero que nos llevaba a Donde Augusto) iban
conversando. El contaba que había estado recién en Ecuador, viajó con su esposa
duarnte 3 meses por distintos países de Sudamérica. Este señor nos atendió
excelente!
Para empezar
pedimos un vino blanco que tenían bien helado y nos trajeron una champañera con
hielo para mantener helada la botella (detalles que en muchos de los más
reconocidos restaurantes de Santiago hay que insistir para que traigan).
Nos pedimos de
entrada las clásicas machas a la parmesana, que estuvieron buenas,
particularmente prefiero sin taaanto queso, pero es cosa de gustos.
Después nos
pedimos la gran centolla de Chile, cómo no pedirla! Ordenamos la mediana que
estaba bien para 3 personas. Llegó Jorge con la centolla, nos tomó fotos, me
daba la impresión que conocía la rutina de los extranjeros con las fotos y la
centolla. Así que fue de gran ayuda con eso. Puso una mesita a nuestro lado, se
puso guantes, y comenzó a cortar con una tijera especial la centolla, tal cual
cirujano. Iba sacando las patitas y poniéndolas en un plato, fue lo primero que
no entregó. El seguía cortando mientras nosotros disfrutábamos de esta primera
parte de la centolla que la untábamos con una salsa de aceite de oliva y ajo.
Realmente estuvo demasiado rica. Nunca había probado una centolla así de fresca
y bien cocinada.
Mi papá se fijó
en el plato que le trajeron a la mesa de alado, eran erizos. Jorge le comentaba
sobre los erizos, cómo se los comían, etc. Era muy simpático. Después de un
rato volvió con unos erizos por cortesía de la casa. Qué gusto daba estar bien
atendido! Probamos los erizos, yo los había probado en varias ocasiones y nunca
en la vida habían estado tan buenos como estos. No estaban para nada fuertes.
Después nos
pedimos unos baby eels (baby anguilas) y unos choros maltones (mejillones).
Cada preparación venía en una paila de greda que mantenía su temperatura. Las
baby eels fueron una grata sorpresa. Venía en una preparación con ajo y estaban
muuuy buenas, tenían un excelente sabor. Los choros maltones también muy ricos
y frescos, lo único es que para mí gusto le hacía falta un poco de vino blanco.
Pero la calidad de mariscos que comimos fue inigualable.
Cuando nos
íbamos nos presentaron a Augusto, a quien felicitamos por el excelente lugar y
atención. Nos contó que va muy seguido a Ecuador porque tiene muy buenos amigos
allá.
Para finalizar
nuestra visita al mercado central, pasamos por la pescadería y compramos 2 kg
de machas y 1kg de albacora. Todo a precios muy convenientes y la calidad de
los mariscos es espectacular. Todo lo tienen muy fresco. Y por supuesto al día
siguiente preparamos machas a la parmesana en mi casa.